Unidas por Mérida (Izquierda Unida – Podemos) advierte que la modificación del proyecto de rehabilitación del convento de las concepcionistas supone un coste adicional de más 250.000€ únicamente para la redacción de la modificación del proyecto.
Desde Unidas por Mérida, entendemos que el incremento del coste de la obra se debe a las decisiones de un gobierno que, o bien no sabe hacer su trabajo, o bien ha hecho todo lo posible para no realizar las excavaciones arqueológicas que resultaban absolutamente necesarias, tal y como hemos señalado incluso con anterioridad al inicio de las obras.
La paralización de las obras del Convento de las Hermanas Concepcionistas se debe al hecho de que el gobierno municipal no contempló en el proyecto inicial la realización de excavaciones en el recinto en el que se encuentra la obra, a pesar de que su realización es obligatoria, según la normativa que regula la protección del patrimonio arqueológico de nuestra ciudad.
El gobierno municipal ha sido incapaz de explicar cuáles son los motivos por los que no se han incluido en el proyecto inicial el coste y las actuaciones necesarias para acometer el descubrimiento y evaluación de restos arqueológicos que, según parece el gobierno de Osuna y el Consorcio de la Ciudad Monumental no esperaban encontrar, pese a que las obras están situadas a poco más de treinta metros del Arco de Trajano.
De resultas, el hallazgo de restos en el recinto en el que se desarrolla la obra ya ha implicado la modificación del proyecto inicial, lo que requiere, sólo para la redacción de un nuevo proyecto, un coste adicional de 250.000, que se debe sumar al coste previsto para la ejecución de la obra, tal y como se planteó desde un principio.
A este respecto, debemos señalar que esta cantidad contrasta con el importe que supuso la redacción del proyecto inicial, que se limitó a 118.277,50 €, es decir, la mitad del importe que se plantea en estos momentos. Un extremo, entre otros muchos, que debería ser aclarado por el gobierno municipal.
Debemos señalar que, el incremento total de esta modificación del proyecto será, con probabilidad, más elevado de lo que refleja el importe al que nos referimos, pues –en un momento posterior- cabe pensar que se deberán sumar las cantidades relativas a la adecuación del proyecto a la nueva situación de la obra, a las novedades que supone para su ejecución y a la revisión de precios de suministros, por lo que parece fundado preguntarse cuál será el incremento final
Del mismo modo, es más que probable que a los costes asociados a estas cuestiones, haya que sumarle otros relativos a costes en el retraso de las obras, por los que la empresa puede reclamar al promotor y deberá responder, como responsable, el gobierno municipal.
Así, debemos señalar, que el origen de esta situación tiene una única explicación en la forma de actuar de un gobierno que en estos momentos se ve obligado a modificar y destinar más recursos para la realización de una obra en zona 1, para que la que-sorprendentemente- no se había contemplado la posibilidad de realizar las preceptivas excavaciones arqueológicas, sino actuaciones de control y seguimiento arqueológico de menor entidad, cuyo resultado, no obstante, ya ha condicionado la viabilidad del proyecto inicial.
Esta circunstancia resulta aún más sorprendente si tenemos en cuenta que el estudio geotécnico que se realizó en su momento señalaba la existencia de restos en la ubicación en la que se encuentra la obra, a una profundidad de entre tres y cinco metros, a pesar de lo cual no se contempló la realización de las excavaciones que venimos reclamando desde un principio, y que ahora obligan a la modificación del proyecto.
En numerosas ocasiones y desde hace meses, Unidas por Mérida ha denunciado que el planteamiento de la obra, sin excavación previa, ni evaluación de los restos del solar de manera integral era, no sólo contraria a la normativa sino una herida de muerte a un proyecto a todas luces inviable e incompatible con la protección del patrimonio emeritense.
Esta situación pone encima de la mesa una gestión, cuando menos negligente, del gobierno municipal, tal y como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, como así demuestra el resultado del proyecto de rehabilitación del Mercado de Calatrava y que se repite ahora con el Convento de las Concepcionistas.