Unidas por Mérida (Izquierda Unida – Podemos) acusa al gobierno municipal de recortar el volumen de personal destinado en distintos programas de los servicios sociales gestionados por el Ayuntamiento. El programa de familia y otros programas integrados en la actividad realizada por la delegación de servicios sociales, están sufriendo un vaciamiento del volumen de personal destinados a ellos por parte del gobierno municipal.
A pesar de la convocatoria de una bolsa de trabajo para la cobertura de puestos de trabajadores sociales, en la actualidad, algunas de las zonas de la ciudad en las que se organizan los distintos programas carecen del personal necesario para garantizar un servicio con niveles mínimos de calidad.
La falta de personal destinado a estos programas supone un empeoramiento de las condiciones laborales de las trabajadores y trabajadoras, al tiempo que merma la eficacia de la delegación de servicios sociales que, como en anteriores ocasiones, ha venido a sufrir la falta de previsión del gobierno municipal para cubrir las necesidades de personal de esta delegación.
Así, la zona de la ciudad que comprende a las barriadas de San Juan, Santa Isabel, Ntra. Sra de la Antigua y la barriada de San Lázaro, no disponen en la actualidad de personal que desempeñe las funciones de trabajador social, pese a que incluyen algunas de las zonas más castigadas por el desempleo de nuestra ciudad.
En la misma situación se encuentran otras barriadas como Juan Canet, Tierno Galván, que en términos de organización de los servicios sociales municipales se vinculan al Polígono Nueva Ciudad, así como parte del propio Polígono, que carecen de este tipo de personal.
La falta de organización de los servicios sociales afecta al buen funcionamiento de varias de varias de las competencias del servicio como la tramitación de las ayudas de mínimos vitales, el reparto de bolsas de comida, las ayudas a la vivienda y al alquiler y, en definitiva, se traducen en una falta de asistencia a las capas de la población que requieren una mayor atención por parte del gobierno y la administración municipal, un escenario acorde con los bajísimos niveles de gasto social que registra nuestra ciudad.
Finalmente, resulta significativo que el mismo gobierno que presume de la adopción de medidas para organizar grandes eventos, adquirir patrimonio o proyectar la imagen turística de la ciudad, sea el mismo que desatiende de un modo tan flagrante los servicios destinados a las familias que sufren con mayor crudeza la desigualdad y las situaciones de desempleo.