Unidas por Mérida (Izquierda Unida – Podemos) considera que el retraso en la rehabilitación del Mercado de Calatrava tiene su origen en las decisiones del gobierno municipal relacionadas con la forma de contratación elegida para ejecución de las obras.
La convocatoria de un contrato de concesión de obra pública para la ejecución de las obras necesarias para la rehabilitación del mercado municipal supone un procedimiento por el que concede a las empresas la financiación y realización de las obras a cambio de la explotación del espacio durante el periodo de vigencia del contrato, que se estima en 40 años.
Esta idea presupone que existen empresas interesadas en explotar el mercado o lo que es lo mismo, que la posterior explotación del mercado supone un negocio que, no sólo será capaz de amortizar la inversión realizada en las obras de rehabilitación sino que, además, podrá generar beneficio. En este caso concreto, la actividad económica del Mercado de Calatrava debería compensar una inversión, por cuenta de la empresa concesionaria, de cerca de tres millones de euros.
Comparando el volumen de negocio que puede suponer la actividad de un mercado de abastos con los requisitos de rentabilidad del procedimiento elegido por el gobierno del PSOE para la rehabilitación del Mercado de Calatrava, el proyecto se convierte en una iniciativa inviable.
La falta de interés para las empresas del sector ya se puso de manifiesto en la primera licitación, a la que únicamente se presentó una empresa, que finalmente no pudo ejecutar la obra, debido a que no cumplió los requisitos mínimos requeridos en el pliego, en este caso, la aportación de la garantía. La consecuencia de este procedimiento fallido fue una nueva convocatoria, eso sí, con una flexibilización de los criterios de solvencia, que exigía el equipo de gobierno, que permitió la adjudicación del contrato y ejecución de las obras a una empresa: la misma que no pudo cumplir con los requisitos impuestos en la ocasión anterior. Este resultado significa que finalmente se adjudicó el contrato a una empresa que, en realidad, no estaba capacitada para llevarlo a cabo, tal y como se ha puesto en evidencia con la reciente paralización de las obras.
De este modo, la causa que ha propiciado la interrupción de las obras es la elección de una empresa que carece de los medios y la solidez necesaria para acometer una obra de esta entidad. Esta situación sólo ha sido posible debido a la relajación los requisitos necesarios para realizar la obra, que ha otorgado el gobierno de Osuna.
Así, nos encontramos con una situación en la que el gobierno del PSOE, no sólo ha optado por la privatización de la gestión del Mercado de Calatrava sino que, además, ha elegido un procedimiento para su ejecución que convierte la rehabilitación en un proyecto inviable.
La miopía del gobierno del PSOE conduce todas sus decisiones hacia una orientación meramente empresarial de lo público que, en lugar de fomentar la prestación de los servicios públicos, la entorpece y, en ocasiones como esta, incluso la imposibilita.
Por todo ello, los resultados de este proceso únicamente pueden calificarse como un fracaso que tiene su origen en las decisiones del gobierno municipal que en ningún caso se mostró proclive a escuchar las recomendaciones de otros grupos municipales al respecto, y que, finalmente, ha tenido como consecuencia que el mercado haya cesado su actividad y permanezca cerrado desde abril de 2018.